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荷西‧瑪利亞‧孟利諾作品「繼承者」中的想像空間與身分認同

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Academic year: 2021

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Providence Forum: Language and Humanities Vol.VII, No.1 (December 2013), 113-136

El espacio imaginario y la identidad en El heredero

de José María Merino

荷西•瑪利亞•孟利諾作品「繼承者」中的

想像空間與身分認同

Li-Jung Tseng

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Departament of Spanish Language and Literature

Providence University, Republic of China(Taiwan)

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El espacio imaginario y la identidad en El heredero

de José María Merino

Li-Jung Tseng

Resumen

El presente estudio tiene como objetivo investigar la presencia y el tratamiento del espacio narrativo y su relación con la búsqueda de la identidad del sujeto de El heredero de José María Merino. La primera parte trata de la estructura de la novela. En la segunda parte intentamos investigar la interacción y la circulación entre los espacios imaginarios y reales de la obra. En la tercera parte, estudiamos la interrrelación y el sentido simbólico entre el tratamiento del espacio imaginario y la temática de la novela. Vemos cómo la imaginación y el espacio simbólico se extendieron hacia la expresión de la identidad de la obra. En definitiva, el espacio no desempeña sólo una función referencial sino también simbólica. Gracias a su conjugación se configura en El heredero un universo ficcional coherente y verosímil.

Palabras clave: imaginario, espacio, identidad, símbolo, Merino.

Li-Jung Tseng, Ph.D. Doctorado en Literatura española y Teoría de la literatura, is currently Associate Professor at the Spanish Department, Providence University, Republic of China (Taiwan).

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荷西•瑪利亞•孟利諾作品「繼承者」中的

想像空間與身分認同

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本研究主要探討荷西•瑪利亞•孟利諾在《繼承者》(1986) 中的空間處理方式 及其功能與象徵意義。第一部分將分析「繼承者」的小說結構。第二部分論述想像 空間與真實空間之間的流動與互相呼應。第三部分試著檢視「想像空間」的鋪排處 理如何轉化表達人類的生存處境與身分認同困惑,以及空間意象與人生經驗之間等 同關係。基本上,「空間」在「繼承者」不僅限於為小說情節發展的背景,它更具有 相當重要的象徵意義,是連結整部作品的最基本要素,不僅包裹呼應著作品的結構, 並且透過想像與神話空間與真實空間之間的流動,反映出錯綜複雜的人性以及充滿 問題的人生,同時創造出前後一致、連貫、似真的小說世界。 關鍵字:想像、空間、身分認同、象徵、孟利諾。 ᴜ⚡℞ᅗᒯᧈᎇ᫓ᐉᏵᙲᑑᓗጙ⍆ᒯᧈᎇ፲⍆Ვ጗ᅗ␭ᘹጙ⍆ᒯᧈᎇ⅃፲⍆ᖗ᫵ᐞ᪯᭖ᭈᅙ!

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El espacio imaginario y la identidad en El heredero

de José María Merino

Nunca se puede olvidar que el espacio es una de las categorías narrativas fundamentales. Para contar una historia, hay que situarla en algún lugar. A primera vista, el espacio parece el soporte de la acción o el punto de referencia de la acción. En efecto, respecto de otros componenetes de la estructura (sobre todo, el personaje, la acción, el tiempo), el espacio es sumamente importante, ya que opera como un decisivo principio de la estructura narrativa. Como afirma Natalia

Álvarez1:

De tal manera, se observará que el espacio se configura como un signo complejo en el seno de la ficción novelesca. Se comprobará que es susceptible de ser analizado desde diversos puntos de vista, pero que siempre se recrea como un elemento esencial de las tramas narrativas que proporciona coherencia al universo representado, [...]. Cierto es que se evoluciona desde un espacio positivo, concebido como el vacío donde se colocan las cosas y el lugar por donde las personas pueden transitar, hasta la concepción actual de un espacio imaginario conformador de un signiticativo mundo ficcional.

A la luz de la evolución de la novela, el espacio ha servido de base compositiva para un elevado número de géneros novelísticos, tales como la novela griega, la de caballerías, la realista, etc. En especial, el espacio no sólo facilita la plasmación y concreción del tiempo sino que también es un signo del personaje y, en cuanto tal, cumple una función excepcional en su caracterización, tanto en lo que se refiere a su ideología como a su mundo interior o personalidad. De igual modo, funciona como metáfora o proyección de la vida de los mismos personajes. Por eso, el espacio lo comprendemos no sólo como una de las básicas

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entidades tradicionales, sino también como uno de los campos problemáticos tanto de la teoría literaria, como de la poética y la semiótica. Es más, el espacio narrativo como categoría principal no puede ser investigado independientemente sin contexto más amplio: el espacio no existiría sin personajes ni acontecimientos, esto es, tiene relación estrecha con todas las partes del texto, sobre todo, con la temática de las obras narrativas. En realidad, en la concepción de José María

Merino2 el espacio como componente relevante de la ficción narrativa, se

convierte en uno de los procedimentos más importantes de su mundo novelístico. El escritor se vale de los elementos espaciales para que el ambiente físico muchas veces cumpla la función narrativa dirigida a los lectores. Sobre todo, en la narrativa de Merino, nos damos cuenta de una tendencia cada vez más destacada: se trata de la creación de espacios imaginarios. En este sentido, el presente estudio tiene como objetivo investigar la presencia y el tratamiento del espacio narrativo y su relación estrecha con la búsqueda de la identidad del sujeto en El

heredero, puesto que en esta novlea vemos todas las huellas de sus novelas

anteriores. La primera parte trataremos de la estructura de la novela. En la segunda parte intentamos investigar la interacción y la circulación entre los espacios imaginarios y los reales de la obra. En la tercera parte, estudiamos la interrrelación y el sentido simbólico entre el tratamiento del espacio imaginario y la temática de la novela. Al final vemos cómo la imaginación y el espacio simbólico se extendieron hacia la expresión de la identidad de la obra.

2 José María Merino nació en La Coruña, el 5 de marzo de 1941, pero su familia se traslada pronto a León. En esta ciudad transcurren la infancia y adolescencia de Merino. Estudia Derecho en Madrid. Al terminar la carrera, ingresa en el cuerpo de funcionarios del Ministerio de Educación. Es patrono de honor de la Fundación de la Lengua Española. Fue presidente honorífico de La Fundación del Libro Infantil y Juvenil Leer León y fue elegido académico de la Real Academia Española en marzo de 2008. Su trayectoria como narrador se ha repartido por igual entre la novela y el cuento. En el terreno de la novela, obtuvo el premio Novelas y Cuentos en 1976 por

Novela de Andrés Choz . Y fue finalista del Premio Nacional de la Crítica de 1982 por El caldero de oro. Además, esta obra obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1986 y el Premio Nacional de

Literatura Juvenil en 1993. En 2008 se le concedió el Premio Castilla y León de las Letras por el conjunto de sus obras. Últimamente José María Merino ha sido galardonado con el XI Premio de la Crítica de Castilla y León por la obra El río del Edén. En fin, José María Merino fue, sin duda, uno de los novelistas de gran relevancia de las generaciones surgidas a partir de la Transición española. Por eso, en el contexto literario, en los años posteriores a 1975, se considera a José María Merino como un novelista que con sus novelas y sus teorías narrativas, contribuyó mucho al cambio que desembocó en el gran florecimiento novelístico de las dos últimas décadas del siglo XX.

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I. Estructura bimembre de la novela

No cabe duda que El heredero constituye un compendio bastante completo y elocuente de las obsesiones temáticas del escritor leonés, de sus personajes y paisajes característicos, y de sus técnicas y procedimientos narrativos. En esta obra novelística, el joven Pablo Tomás Villacé, escribe una crónca en la que nos da a conocer las peripecias vitales de cuatro generaciones de una familia a lo largo del siglo XX, comenzando por el fundador, Pablo Lamas, un indiano liberal al que llaman el Puertorriqueño. De esta manera, basándose en la historia de la pérdida de las últimas colonias españolas y el arranque del siglo XX en España, estamos informados de la vida de Pablo Lamas, quien abandona el Caribe para regresar a su país. Más tarde, por lo acontecido durante la guerra civil española, con sus secretos, misterios y sacrificios, terminaremos por conocerlos mediante las confidencias de la abuela Soledad, conocida familiarmente como la Buli, la cual nos cuenta además la trágica historia de Alberto Villacé Souto, su marido y frustrado escritor. Por último, Pablo Tomás, nos relata los hechos desde el presente. Así, la novela nos cuenta la historia del protagonista que regresa a la mansión llamada Isclacerta de sus antepasados para presenciar los últimos días de su abuela. Y la estancia en la mansión, que se considera como la propiedad de su abuela, llega a ser una oportunidad tanto para la recuperación de los paisajes y las sensaciones de su infancia, como para la reconstrucción de la historia familiar, la cual comprende desde la época en que su bisabuelo Pablo Lamas hizo fortuna en Cuba, antes de la guerra hispano-norteamericana de 1898 hasta la actualidad, que ha sido marcada por hitos significativos de la historia española de todo el siglo XX, como la guerra civil española y la posguerra. De este modo, se cuenta a lo largo de unos cien años cómo una familia emigra primero a América y regresa luego para instalarse definitivamente en la provincia de León, hasta que un bisnieto encuentra su propio destino, un siglo más tarde, como profesor universitario de literatura en los Estados Unidos, pasando por Puerto Rico, donde conoció a su esposa Patricia.

En general, la novela dispone de treinta capítulos, divididos en dos partes claramente delimitadas y diferenciadas; la primera trata del pasado mientras que la segunda se ocupa del presente y apunta hacia el futuro. Podemos ver que la obra se compone de una estructura bimembre, como hemos señalado, que está dividida en dos partes: la primera parte, denominada Isclacerta, consta de

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veintidós capítulos; y la segunda corresponde a True Island, formada por ocho capítulos.

La denominación de los capítulos es concisa y curiosamente la mayoría de los capítulos remiten a los personajes principales femeninos. Se encuentran titulados: Yvonne, Marta, Pilar, Noelia, la Buli, Patricia, Charo. Resulta que excepto Chon y Hortensia, todos los personajes femeninos de la obra aparecen encabezando por lo menos un capítulo, lo cual no ocurre con los masculinos. De la misma manera, dos de los capítulos de la primera parte recurren a las cartas de Marta, la ex-novia del protagonista. Y en tres capítulos vemos resonancias de otros procedentes de la tradición literaria: “Casa de muñecas”, “La vida nueva” y “Nuevas Amistades”. La estructura que presenta la novela evidencia el cambio de actitud del protagonista. Por eso, en los dos últimos capítulos de la primera parte, nos damos cuenta de la aparición del adjetivo “nuevo”, como un índice de las transformaciones producidas en la vida de Pablo Tomás. En la primera parte casi todo transcurre en España, sobre todo en la vieja casona de Isclacerta, sólo con un breve paréntesis en Portugal, en Lisboa. La segunda parte de sólo ocho capítulos, se desarrolla en los Estados Unidos, con una incursión en Puerto Rico, en la cual el protagonista va recuperando la identidad; por lo tanto ya no se siente abandonado en el mundo. De este modo, al empezar la segunda parte, está preparando para emprender un viaje en el que espera fundar un proyecto de vida.

A lo largo de la narración, resulta obvio que “la estructura se sostiene sobre diversas simetrías entre las partes y simbólicas correspondencias y contraposiciones entre los distintos episodios, hasta llegar a crear la impresión, tanto en el narrador como en los lectores, de que el tiempo y los avatares vitales

de los personajes son cíclicos, [...]”3 . Evidentemente, el escritor ha diseñado su

obra basándose en una estructura bimembre, mediante la cual pone de relieve los múltiples paralelismos y simetrías de la historia. De hecho, la vida de Pablo Tomás, descendiente de un emigrante que se fue a Puerto Rico a hacer fortuna y volvió enriquecido a su tierra natal, termina por reproducir en muchos de sus detalles la peripecia vital de su bisabuelo. Especialmente en la segunda partre,

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son inumerables las recurrencias, simetrías y paralelismos para marcar la semejanza de su destino con el de sus antepasados. Por ejemplo, al igual que su bisabuelo, el protagonista emigra al otro lado de Atlántico. También en la misma ciudad puertorriqueña de Ponce donde su bisabuelo hizo fortuna, Pablo Tomás conoce a Patricia, quien acaba convirtiéndose en su esposa. Su bisabuelo también se casó en España con una joven de ascendencia puertorriqueña. Se forma así un paralelismo entre el protagonista y su bisabuelo. Este paralelismo en la narración del protagonista se lleva hasta un punto extremo, al establecer su hogar en un islote, en una casa llamada “True Island”, parecida a Isclacerta, que significa “Isla

cierta/verdadera”4. En cuanto al amor, el protagoanista mantiene una relación

de amistad con Hortensia, pero al final se casó con su hermana Patrica mientras que su abuelo cortejó a las dos hermanas, Soledad y Pilar. Incluso la concurrencia de un desastre en el puente y una niebla intensa que dificultan el transporte de Patricia en parto al hospital, reproduce la tragedia en la que su bisabuela, la primera Soledad, perdió el bebé al dar a luz en Isclacerta debido a que el marido Pablo Lamas se vio obligado a quedarse en el pueblo por la nieve. En este momento siente estar viviendo la tragedia del Puertorriqueño, cuando:

[...] después de colgar se apoderó de ti la idea de que estabas empezando a vivir lo mismo que había vivido el puertorriqueño durante aquella nevada que hacía imposible su regreso a la casa en que la primera Soledad había quedado atrapada entre los dolores de un parto también difícil (p. 505).

Pero el protagonista no se da por vencido, y logró encender una fogata con todas las cosas que pudo encontrar para que pudieran localizarlos. Finalmente el helicóptero los encontró y se llevó a su esposa, y todas las sensaciones de fatalidad que Pablo experimentó, producto de su conciencia cíclica de la vida, se desvanecen. De esta forma, la coincidencia entre la leyenda y la vida cobra un contraste significativo en la narración de Pablo Tomás, para quien resulta también el punto de rotura en el paralelimo, ya que consiguen transportar a

4 Merino, José María. El heredero. Madrid: Edhasa (Castalia), 2011, p. 485. Citaré en adelante por esta edición de Cátedra, de 2011, indicando en el texto las páginas entre paréntesis.

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Patricia en un hilicoóptero al hospital donde nace la niña. Por fin, Pablo Tomás consiguió romper la casa de muñecas que le regaló su abuelo, la cual simboliza la ligazón con el fantasma de Isclacerta. Acaba por comprender que su vida y su destino no estaban determinados por la historia de una familia, sino que él mismo es quien debe armar su destinto. Así se ha desligado de todas las ataduras de predestinación que unían al destino del Puertorriqueño. De este modo, ha conseguido encontrar finalmente la libertad para vivir.

Aunque El heredero es una novela ágil, flexible, escrita en un estilo rico y matizado, es de notar que la obra presenta algunos desequililbrios en la estructura y el desenlace. Es evidente que hay una diferencia de sustancia e interés entre la primera parte que es mucho más larga y enjundiosa que la segunda. Aunque entre ambas partes, se establece la tupida red de relaciones, nos deja la impresión de que la motivación de estas dos partes es diversa y aun

heterogénea, como si se tratara de dos novelas en cierta medida diferentes5. A lo

mejor aquí es donde radica la causa de la impresión de inconsistencia que produce el desenlace, cuyo giro hacia lo fantástico y lo siniestro resulta, además de ser excesivamente truculento, poco acorde con el desarrollo anterior de la novela.

A pesar de estas objeciones, es preciso destacar que Merino dispone de extraordinarias dotes para construir un relato de múltiples planos. De todas las maneras, la estructura bimembre que se caracteriza por la sofisticada técnica del escritor, desarrollada con perfección formal, responde coherentemente tanto a la temática de la novela, como a la visión del mundo que expone.

II. Los espacios reales e imaginarios

La marcada presencia del espacio es una constante en la narrativa de José María Merino. El autor siempre es consciente del protagonismo y la gran funcionalidad y capacidad, tanto referencial como simbólica en su universo relatado. En sus reflexiones recogidas en Ficción Continua, Merino incide en la

5 Unas reseñas de la novela, por ejemplo la de Goñi en El País, Babelia, 594, sábado, 12 de abril de 2003, p. 9, han subrayado lo forzado de la reproducción de la aventura hispanoamericana del Puertorriqueño por parte de su bisnieto Pablo Tomás.

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importancia de los ámbitos fabulosos y de los lugares quiméricos en que se realiza el mundo novelesco frente a los personajes, las aventuras y el ámbito

temporal6:

[...] tal vez el correspondiente al entorno físico de los personajes haya resultado, con el correr de la historia de la narrativa, especialmente oportuno para reflejar la singularidad de las cosas inventadas mediante la simple ordenación de palabras escritas. Es en la figuración de escenarios, paisajes y territorios, donde lo literario muestra con particular brillo su potencia, acaso por la evidente falta de concordancia entre los medios empleados -la pura imaginación verbal del inventor- y los resultados que pueden conseguirse.

En este sentido, obviamente, el espacio no es, en la narrativa de Merino, un elemento accesorio, sino, en muchas ocasiones, esencial y central. A través de un tratamiento singular de los espacios, logra situarlos en una línea de suma importancia. De hecho, mediante la denominación de las dos partes de la obra, esto es, Isclacerta y True island, no cabe duda que el narrador siempre ha concedido una gran importancia al escenario en el que se desarrolla la acción novelesca. Sobre todo, en El heredero, volvemos a tener en cuenta la preocupación espacial del escritor que se da en la empresa reivindicadora del territorio geográfico de León y su provincia. En la narración inicial, el autor nos habla de Isclacerta: “[...] un territorio montañoso que obliga a la velocidad de los arroyos, de pastizales empinados y grandes manchas de bosque” (p. 85). Según la cita de

Fernando Valls7, Merino le ha aclarado que Isclacerta podrá situarse en la

montaña leonesa que está a unos setenta kilómetros de León capital. En el segundo capítulo titulado “un paseo”. se trata de un viaje del protagonista a Lisboa. Allí él visita un piso abandonado donde encuentra restos del pasado familiar en los cuatro báules.Curiosamente, todas las referencias a lugares de Lisboa son reales, tales como la Rúa do Século, el Barrio Alto, el monumento de José I, el arco de triunfo, el castillo de San Jorge, etc. Luego, en el quinto capítulo,

6 Merino, José María. Ficción continua. Barcelona: Seix Barral, 2004, p. 103. 7 Valls, Fernando. art. cit, p. 85.

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al hablar de la historia familiar, Noelia contó que la abuela creía que al abuelo lo tendrían en la cárcel del Castillo, un sitio real de León, junto a la llamada Puerta Castillo, sobre las murallas romano-medievales. Igualmente son sitios reales: el cuartel de San Marcos (p. 161) que durante la guerra civil española (1936-1939) fue campo de internamiento de los prisioneros republicanos; la fortaleza de San Cristóbal (p. 163) situada en el monte Ezcaba, cercano a la ciudad de Pamplona. Aún en el décimo capítulo, partiendo de espacios reales, el protagonista imagina que “el verdadero Pablo Tomás había sido secuestrado de uno de aquellos espíritus femeninos de las aguas, al fin y al cabo nuestra casa estaba muy cercana

al canal Saint Martín8[...]” (p. 234). A la vez, la denominación de la segunda parte

de la obra, True Island, viene dada por la nueva casa de Patricia y Pablo Tomás. Es un espacio real que se encuentra en la costa de Boston, inspirada en la vivienda de un hispanista norteamericano.

De esta manera, vemos que en la narración el autor construye un mundo lo más cotidiano y real posible, un espacio en el que todos nos reconocemos. Sin embargo, estos espacios reales dejan de ser algo conocido y se convierten en espacios extraños y, como tal, incomprensibles. Luego, terminarán trastornados con la introducción de un fenómeno inusual. De esta manera, en la obra, los espacios narrativos son sitios de la realidad y cotidianeidad pero se encuentran infiltrados por acontecimientos extraordinarios y fantásticos que nacen de esta realidad cotidiana. Por ejemplo, en el viaje a Lisboa, el protagonista visitó a Lidia, amiga de infancia e hija de un librero de viejo, con la cual intentó las primeras exploraciones sexuales. En la visita a la librería, ella no lo reconoció y consiguió que Pablo Tomás se sintiera invisible. Más tarde, él presenció una escena singular del pescador de múgiles en el río Tajo, ya que vio un hombre de espaldas, que parecía estar dando de comer a los peces, de hecho los está atrapando con las manos para matarlos golpeándolos contra el suelo. Este suceso está relatado de una forma simbólica. Sobre todo, a partir de este momento, esa escena se encuentra recordada en varias ocasiones “como un leit motiv que puede servir de

prueba fehaciente de que nada resulta lo que aparenta ser”9. Así pues, la visita a

la vivienda abandonada de Lisboa, la lectura que emprende de la novela del

8 El canal Saint Martin, localizado en París, comunica la dársena de la Villette con el Sena. 9 Valls, Fernado. art. cit, p. 39.

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abuelo, la invisibilidad que asume el protagonista en la librería, el deambular por una ciudad desconocida, el episodio singular del pescador del Tajo, nos producen una sensación de estupor, extrañeza y desasosiego.

De igual modo, el mismo escritor también ha indicado10:

Los espacios, o mejor llamarlos escenarios, se corresponden con algunos lugares -Puerto Rico, Lisboa, una universidad –[...] Esos lugares que recorrí como viajero, la idea borrosa de una casa aislada, perdida en algún lugar silvestre, acaso en la montaña leonesa-en ese valle de Babia que ha servido como punto de referencia genérico de todas las ensoñaciones-[...]

En realidad, en la novela, la mansión de Isclacerta, una casona aislada en medio del bosque, rodeada de montañas, que se halla edificada contra el parecer de sus vecinos por un indiano y casi aislada en un paraje solitario, entre bosques, hace un papel tan real como simbólico. Por una parte nos revela la preferencia de Merino por los paisajes del norte leonés, escenarios tan frecuentes en su mundo narrativo; por otra, es un espacio propicio a los mitos y leyendas que la circundan, territorio depositario de ensonación y rumores, ámbito de apariciones, de presencias que compiten con el universo de lo real hasta hacerse casi indistinguibles de aquél:

Isclacerta es para mí como una gran caja de la imaginación en que meto todo lo que me apetece, lo que saco de aquí y de allá, de lo que me han contado, de lo que he leído, pero es cierto que una noche de primera jueventud Noelia me contó lo del fantasma que su prima había visto, [...] (p. 136)

Es más, podemos ver a Isclacerta como “imagen condensada o ejemplo

representativo del espacio mucho más amplio de la España del siglo XX, [...]”11.

10 Merino, José María. “Secretos de El heredero”, El heredero. Madrid: Castalia, 2011, pp. 77-78. 11 Larequi García, Eduardo Martín. “Identidad, miniaturas y simetrías: El heredero de José María

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Especialmente, Isclacerta es un espacio de testimonio de los acontecimientos relacionados con la guerra civil española, tales como la violencia de los primeros días del alzamiento militar, los terrores de la represión, la vida tétrica y miserable de la vida de la posguerra española, etc. En este sentido, Isclacerta llega a ser también un recuerdo y testimonio del doloroso pasado histórico de España. Esos mitos y leyendas también se extienden en el entorno de Isclacerta. Por ejemplo, el cobertizo que sirvió como escondite de los maquis; el ara romana, donde asesinaron al fundador de la estirpe; y junto al castaño, estaba enterrada la primera Soledad. De este modo, cabe subrayar que Isclacerta adquiere el valor de un actante de importancia fundamental para la trama.

Como vemos, la obra es rica en escenarios dotados de resonancias simbólicas. No sólo la mansión de Isclacerta, sino también la poza del Puertorriqueño, otro espacio también significativo que adquire protagonismo en la trama donde se bañaba Pablo Lamas y adonde acudió con mucha frecuencia el bisnieto Pablo Tomás. Es un “espacio enorme de agua transparente e inmóvil, rodeado, de árboles pero lleno de luz por el reflejo de la gran roca blanca que se alzaba enfrente como una pared, y cerca, aguas abajo, la ojiva del puente de piedras muy desgastadas” (p. 146). En efecto, la poza simboliza la purificación y la renovación del alma. En este sentido, Pablo Tomás se baña en sus aguas a fin de renovar su espíritu confundido. Es más, mediante este rito puede llegar a estar asociado con el Puertorriqueño, porque cree experimentar las mismas sensaciones que su bisabuelo vivió años atrás al bañarse en la poza, sintiendo cómo el fluir del agua le conecta con la vida y el destino de su antepasado.

Por último, en la segunda parte, el protagonista se despide de Isclacerta y se traslada a un país totalmente distinto, los Estados Unidos. En la narración de esta parte, nos da a conocer la transformación que experimenta el personaje protagonista, ya que él por fin consiguió romper amarras con su familia, para encontrar su auténica personalidad. De esta forma, Isclacedrta y True Island de los Estados Unidos funcionan como espejos enfrentados que van transformándose Isclacerta en True Island que podemos ver como dos espacios verdaderos, aunque cada uno lo sea a su manera.

En el estudio The poetics of space de Gaston Bachelard, nos habla sobre cómo la realidad que nos rodea puede ser analizada poéticamente, poniendo en relación con ciertos espacios, objetos e imágenes de la vida cotidiana con sus implicaciones semánticas y la carga que dichos espacios y objetos habrán ido

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adquiriendo a lo largo de la trama. Es más, a todo esto le suma los juicios subjetivos, las experiencias pasadas y los sueños, que el observador o narrador aplicará de modo personal al mundo. De ahí, surge el carácter poético de todo lo que está a nuestra vista. A lo largo de esa obra, Bachelard nos da a entender algunas pistas acerca de lo que se puede considerar como espacio poético. Indica que “poems are human realities; is it not enough to resort to “impressions” in

order to explain them. They must be lived in their poetic inmensity”12 . La

autonomía que presentan los espacios de El heredero, y en especial, la necesidad de su comprensión como un intrincado conjunto de símbolos y de cargas semánticas, los convierte en espacios poéticos.

Al mismo tiempo, Bachelard señala que “it is impossible to receive the psychic benefit of poetry unless these two functions of the human psyche -the

function of the real and the function of unreal- are made to cooperate”13. De

hecho, lo real y lo imaginario se discuten en el estudio de Bachelard y es esa misma cooperación de orden poético lo que tenemos en El heredero; vemos espacios reales e imaginarios, lo cual es una característica fundamental de esa obra narrativa en la que los espacios se construyen entre la realidad y ficción. Podemos afirmarlo, puesto que, aunque los espacios narrativos siguen las leyes físicas, y atienden a los principios básicos de verosimilitud geográfica, la obra está impregnada por la subjetividad del narrador y de los personajes.

A fin de cuentas, en El heredero asistimos a la interacción y la circulación entre los espacios imaginarios y los reales de la obra a través de la conjunción de dos vías: por una parte la narración de unas historias que recrean de modo realista un espacio y un tiempo, unos hechos y unos personajes, que conformaron el entorno del autor; por otra, la mitificación de ese contexto histórico y la transfiguración del espacio real que sustenta un sentido simbólico mediante la imaginación y la fantasía. De este modo, el realismo se abre hacia otras posibilidades imaginativas y fantásticas. Es decir, el narrador sabe crear una historia singular y problemática, basada en unos espacios realistas y verosímiles, de hondas raíces tradicionales e históricas. Pero detrás de ella también intenta trascender esa realidad mediante el tratamiento mágico y fantástico de la

12 Bachelard, Gaston. The poeticos of space. Boston: Beacon Press, 1994, p. 210 13 Ibid., p. 215.

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realidad. Esto es, se vale del recorrido espacial, del regreso a sus orígenes familiares para poner de manifiesto tanto el recorrido histórico de sentido crítco del siglo XX, como un viaje que conduce a un aprendizaje de la vida con dolor y desengaño a través de la creación de un espacio mágico y fantástico. En definitiva, el espacio no desempeña sólo una función referencial sino también simbólica. Gracias a su conjugación se configura en El heredero un universo ficcional coherente y verosímil.

III. El espacio y la identidad

Uno de los rasgos típicos del mundo novelístico de Merino es la interacción mutua entre el espacio y el tema. Sobre todo, en El heredero, es obvia la participación del espacio en el discurso de desconocimiento y desorientación del protagonista deseoso de reconstruir su pasado y con ello su identidad. En la obra, como podemos ver, Merino se vale del espacio de las tramas como el eje que guía las historias. Es marcada la presencia de los espacios narrativos que forman un paralelismo en la búsqueda de la identidad por parte del protagonistga. En realidad, la identidad es un tema muy estudiado en la narrativa actual española,

como ha apuntado Luis Mateo Díez14:

Creo que la identidad es el gran tema de nuestro tiempo. La vertiginosa sucesión de noticias, ese conocimiento, bien que superficial, pero angustioso, de los sucesos cambiantes, la conciencia de lo relativo de todo, han hecho mucho más frágil nuestro apoyo en un centro, por pequeño que pudiera ser. Parece que no somos centro de nada, y que eso es irremediable. De ahí los intentos tantas veces irracionales de determinadas recuperaciones de identidad.

En El heredero, encontramos temas y motivos constantes, muy presentes a lo largo de las obras narrativas de Merino: “la búsqueda de la identidad a través del

14 Díez, Luis Mateo. “José María Merino: El novelista como mediador”, El Urogallo, 6, 1986, pp. 26-28.

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regreso al origen, la recuperación de la memoria personal mediante la indagación en la historia familiar, las secretas analogías, los misterios y duplicidades de la

personalidad”15. De esta manera, el escritor se sirve del espacio como un

catalizador de estos temas y motivos esenciales de la novela. Igualmente, como

ha señalado Asunción Castro Díez16: “El espacio contribuye, pues, a fijar la

personalidad, a identificar a los individuos que lo habitan”. De aquí, la función identificadora del espacio.

Además, para un análisis profundo del funcionamiento de los espacios de la obra, recurrimos a la teoría de la producción de un espacio social, de Henri Lefebvre. En el libro titulado The production of space, Lefebvre postula que el espacio se relaciona de forma inextricable con la sociedad que lo modela. En este sentido, las relaciones sociales se proyectan en el espacio, de forma que sólo pueden tener lugar en el mismo. Este espacio debe existir, y en su interacción con la sociedad crea su propia identidad: “they project themselves into a space,

becoming inscribed there, and in the process producing the space itself”17. En

especial, el espacio no es sólo pasivo, sino que activamente se está transformando de modo constante y se modifica a medida que la sociedad se transmuta. Lefebvre ha hablado de tres tipos de espacios: el espacio como percibido, el espacio como concebido y el espacio como vivido. Lo percibido supone lo que los sentidos captan y tiene que ver con lo geográfico; lo concebido se ve relacionado con lo mental y tiene mucho que ver con las representaciones que se hace del espacio; es decir, es la representación discursiva del espacio, el espacio a través de la mente que es subjetivo e individual. Finalmente, el espacio vivido es un espacio en donde todas las elecciones son posibles. Se trata de un mundo nuevo e inexplorado y distinto. En la obra, el narrador desconoce la existencia de la comarca y los objetos de la costumbre hasta que sus antepasados producen el espacio mediante la construcción de Isclacerta y el diseño de los muebles y los objetos de la mansión. Para él, Isclacerta equivale a “una especie de edén” (p. 124). Resulta ser una casona familiar, aislada, rodeada de montañas, de difícil

15 Larequi García, Eduardo Martín. art, cit., p. 1.

16 Castro Díez, Asunción. “La orilla oscura de la conciencia”. Aproximaciones críticas almundo

narrativo de José María Merino. Eds. Ángles Encinar y Kathleen M. Glenn. León Edilesa, 2000, p.

228.

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acceso, construida con un aire de chalet suizo que se desconoce por aquellos sitios: “los grandes muros de piedra, el tejado de pizarra a dos aguas, una escalinata que da paso a la puerta principal.” (p.96 ). La verbalización de la historia viene asociada al segundo tipo de espacio propuesto por Lefebvre, el espacio concebido, esto es, las representaciones del espacio. Se trata del espacio conceptualizado que es el de quienes “identify what is lived and what is

perceived with what is conceived”18.

Pese a todo, para el narrador, Isclacerta es un espacio cargado de signos y símbolos. Entendido en su sentido simbolizado, es un espacio vivido, un espacio representativo, asociado al tercer concepto de Lefebvre, con el que “el narrador construye un sistema de símbolos y signos para poder apropiarse el espacio y

recupear su identidad personal”19.

En efecto, al principio, el protagonista, un joven confundido, temeroso de la vida y sin rumbo fijo, regresó a Isclacerta, puesto que su abuela estaba gravemente enferma. Es un individuo sin identidad ni arraigo para salir a enfrentar el mundo. Es más, la condición mestiza de Pablo Tomás es también un aspecto significativo de la configuración de su identidad, ya que es un individuo dividido entre dos culturas. Su madre es francesa y su padre, español. Por lo tanto, ha adoptado dos culturas. Sin embargo, vemos en el personaje central una especie de mestizaje cultural originado por el choque de dos culturas diferentes, lo cual provoca en éste tanta contradicción de identidad que le obliga a protegerse en la rutina diaria de lo cotidiano. Y este refugio que encuentra en lo cotidiano, en la inercia, origina en él la confusión y finalmente la pérdida de su identidad. Por esto, al volver a Isclacerta, símbolo de los orígenes familiares, se siente más identificado con este espacio para buscar sus raíces y, más tarde, para reconstruir su identidad y encontrar un significado a su vida:

18 Ibid., pp. 38-39.

19 Lee Chen Chan. “El lugar identificatorio: un espacio liminal en El heredero de José María Merino” en Celma Valero, María Pilar. Morán Rodríguez, Carmen〔Eds.〕Geografías fabuladas.

Trece miradas al espacio en la última narrativas de Castilla y León. Vervuerto: Madrid, 2010, pp.

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tu estancia en Isclacerta [...] parecía cumplir sin embargo un designio, el que alcanzases a conocer datos de un pasado que te comprometía, al ser tú el resultado de tantas relaciones y mixturas, ante el que no podías ser indiferente, porque la noticia de aquellos afanes, encuentros, humillaciones, celos y castigos te conmovía como el cumplimiento de un augurio, como si desde tu infancia en aquella gran ciudad lejana hubiese estado esperándola. (p. 338).

Así, Pablo Tomás indaga en cada uno de los rincones de la mansión familiar descubriendo secretos que sólo mediante los años se siente capaz de entender. En esa exploración de sus raíces, vemos el primer componente de la identidad del personaje, en donde él se va identificando con la tradición de Isclacerta, puesto que comparte las historias que han forjado a la familia de Los Lamas, de la que él también forma parte. De este modo, Isclacerta se eirge en depositaria del pasado, la memoria y los secretos de la casa y de sus habitantes. Y la estancia en la casona lo lleva a reencontrarse con la identidad perdida. Finalmente consigue identificarse con un pasado y así justificar su existencia en el presente: “[...] se manifestaba ya el otro Pablo Tomás, el verdadero, el que durante tantos años había permanecido secuestrado por los espíritus acuáticos de las profundidades [...]” (p. 412).

De este modo, “Isclacerta” despierta en el protagonista los recuerdos de la niñez, la capacidad de asombro y de ensueño, las pulsaciones del inconsciente y refugio e intimidad. Es por donde discurren muchas de las acciones del protagonista. Estas acciones han de guardar relación con la memoria, el inconsciente, lo soñado y lo deseado, llevando el relato por territorios y por escenarios cargados de sueño e imaginación. La aparición de la casa va revelando al protagonista sus raíces. A efectos de la trama, de los sueños, de la historia, Isclacerta es un “espacio-relato”, que se convierte en el eje de los encadenamientos de las distintas historias y generador de la peripecia.

Junto a Isclacerta, la novela presenta también la casa de muñecas que representa todos los sueños y los secretos más ocultos de los antepasados del protagonista. En realidad, la propietaria de la casa de muñecas fue Soledad, la primera esposa del Puertorriqueño. Ella siempre deseaba poseer una casa de muñecas, y en un viaje a Londres, la pareja encontró una, entonces Pablo Lamas la compró y se la regaló. A partir de Soledad, los propietarios posteriores de la

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casa de muñecas imaginaban pequeños seres viviendo dentro de ella. Y para Buli, la abuela del protagonista, la casita “es mucho más que un juguete, es un cuento en forma de cosas, es una colección de recuerdos, es un sitio para esconderse sin tener que moverse ni agacharse, es una entrada a sitios que tú mismo puedes descubrir”(p. 193). Tras la muerte de la abuela, el protagonista la heredó y la llevó a los Estados Unidos para instalarla en la habitación de True Island. De hecho, la casa de muñecas es un pequeño trasunto de Isclacerta, ya que contiene todos los secretos y todas las las leyendas que forman parte de la familia de los Lamas. A la vez, llega a ser una réplica del mundo familiar al que pertenece Pablo Tomás, ya que equivale a todo el repertorio de ilusiones, temores, amor, celos, y muerte. De hecho, esa casa en miniatura se ve como un espacio de la inmensidad que, a pesar de su imagen de miniatura, alberga toda la complejidad de la dimensión humana, como afirma Bachelard: “Miniature is one of the

refuges of greatness”20. Por lo tanto, es comprensible la fascinación que se siente

el protagonista, hasta el extremo de que, tras la marcha definitiva de Isclacerta, la llevó con él como su recuerdo más precioso, como los secretos de su familia: “siendo que es un talismán cargado de virtudes y de secretos, y que su propiedad me confiere muchos privilegios, incluso algunos que acaso nunca seré capaz de imaginar” (p.177). No es de extrañar que Pablo se preocupe de cuidarla todo el tiempo hasta el punto que a su mujer le pareció que era una obsesión “enfermiza”. Sin embargo, finalmente, cuando su mujer corrió el riesgo de perder la vida y Pablo Tomás sintió estar viviendo la tragedia del Puertorriqueño, un helicóptero logró localizarlos y la llevó al hospital. Así, las sensaciones de fatalidad que el protagonista experimentó se desvanecen. Entonces, él dejó atrás el mundo de oscuridad y fatalidad y regresó a vivir su vida. A la vez, Patricia también da a conocer el carácter nefasto y perturbador que encierra la casa de muñecas, como una especie de maldición familiar. Es más, leyó el diario de su esposa y se dio cuenta del aborrecimiento de ésta por la casa de muñecas. Descubrió que vivió egoístamente en el pasado y para él la casita es aún más importante que ella y su hija:

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[...], mientras buscabas material que pudiera alimentar la hoguera te rondó la idea de utilizar también la casa de muñeas, pero la habías rechazado al instante, como si esta casita estuviese destinada a la supervivencia incluso por encima de la propia Patty y de vuestra hija, [...]” (p. 508).

Se sintió horrorizado y avergonzado al darse cuenta de esa preferencia por la casita. Decidió romper la casita y terminó definitivamente con el fantasma de Isclacerta. Por fin, ha comprendido que su vida y su destino no los determinó la historia de su familia. En cambio es él mismo quien debe forjarse su propio destino. Compró otra nueva y se la regaló a su mujer, para simbolizar la tradición que el protagonista creará junto con su esposa y su hija en su casa llamada “True island”. De este modo, se desligó de todas las ataduras de la predestinación, que lo unían al destino de sus antepasados. Y a partir de la nueva casita se forjará una nueva tradición formada por Pablo Tomás y Patricia. Así, consiguió romper con la predestinación y encontrar finalmente la libertad para vivir, esto es, él mismo es el dueño de su destino porque: “Ahora quiero pensar que ningún destino está escrito, que no es verdad que exista el pecado original, que cada uno de nosotros tiene su propio tiempo” (p. 509).

En fin, en El heredero, el espacio mantiene una posición privilegiada de protagonismo a lo largo de casi toda la narración. Podemos ver que Isclacerta se caracteriza por el viaje que realiza Pablo Tomás a los orígnes de su pasado familiar, en donde se identifica con las historias de sus antepasados; y de esta forma logra encontrar su identidad. Es decir, a través de la mansión, el personaje se encuentra con su identidad perdida, y así consigue darse cuenta de su existencia en el mundo, puesto se siente identificado por fin con esa casona que vivirá para siempre en su memeoria, en la cual: “encontró su arraigo no en un lugar real, no en una estirpe física, sino en esa Isclacerta que se eirge en mis sueños y va conmigo adonde voy “ (401). Por medio de la casa de muñecas se conoce el origen de las cosas y, por consiguiente se puede llegar a dominarlas. De este modo, ha logrado encontrar su pasado, y así poder justificar su exisencia presente. Por lo tanto, ahora se ve preparado para lanzarse a las aventuras que el futuro le ha deparado. En suma, la obra nos da a entender el carácter fluido y cambiante de la identidad que se encuentra vinculado con el espacio. Por medio de la práctica espacial, los espacios narrativos de la novela se convierten en una abstracción simbólica. De esta manera, en la obra narrativa, se puede notar ese

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sentido simbolizado, “aún en el narrador-emigrante, que se acomoda en un lugar nuevo heredando la práctica espacial de sus antepasados, y proclamando su

propia identidad del fundador”21.

A fin de cuentas, como hemos señalado anteriormente, el espacio novelesco no se limita a ser sólo el escenario donde se situán los personajes y donde acontecen las acciones; sino que se erige en el elemento estructurador de la trama, revistiéndose de coherentes formas y sentidos variados por medio de la presentación de lugares repletos de efectos simbólicos. Más aún, vemos cómo la imaginación y el espacio simbólico se extendieron hacia la expresión de la condición humana. De hecho, el tratamiento del espacio asume la función determinante en la caracterización de los personajes.

IV. Conclusión

En definitiva, con respecto a la estructura de la obra, la trama se encuentra perfectamente estructurada a la manera bimembre . Es más, la obra dispone de un arranque de tonos realistas, puesto que cumple esta condición del modelo realista al situar la acción y los personajes en un tiempo y un espacio verificables que los identifican; no obstante, se adentra en otros territorios míticos e imaginarios. Entonces, es obvio el intento del autor por reestablecer una nutrida red de relaciones entre la realidad cotidiana y un mundo imaginario generado por la propia voluntad ficcionante de los mismos personajes, junto con las continuas interferencias con el mito y la leyenda que se presentan como prolongaciones de los espacios reales. Es más, en El heredero, los espacios cumplen muchas veces la función de activar la peripecia, de aportar posibilidades nararativas, de abrir puertas a las acciones de los protagonistas. De este modo, el espacio despliega todo su potencial estructural y significativo y se convierte en el elemento clave para llevar a cabo la descodificación del mensaje de la historia narrada. En fin, los espacios están cargados de significados simbólicos que complementan a la trama. De ahí que se pueda decir que en El

heredero, el espacio no es sólo la columna vertebral de la arquitectura narrativa,

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sino que también, mediante la imagen de los espacios narrativos, nos refleja tanto la complejidad de la naturaleza humana como la vida repleta de problemas y confusión de identidades. En la obra, el espacio es el verdadero propulsor y tiene un enlace indisoluble con la condición problemática y compleja de la vida humana. El escritor se vale del espacio como eje que guía las tramas, y sobre el que recae toda la originalidad narrativa. Podríamos afirmar, a modo de conclusión que gracias a la maestría del lenguaje de las relaciones espaciales, José María Merino consiguió cumplir el ideal de fundar un nuevo universo literario que indaga en la realidad y el significado de la existencia humana con su propia palabra verbal medida.

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參考文獻

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